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¿Se avecina un invierno frío y con nevadas? Últimas señales y previsiones

El pasado 1 de octubre, compartimos un análisis en nuestro post titulado: «¿Un Invierno 2024/2025 Más Frío de lo Esperado? Tres Señales que lo Sugieren», donde abordamos los factores globales que comenzaban a apuntar hacia la posibilidad de un invierno más frío de lo habitual. En aquel momento, discutimos tres señales principales que respaldaban esta hipótesis y su influencia potencial sobre el clima invernal.

En esta nueva entrada, vamos a actualizar el estado de estas señales y profundizar en los últimos análisis estadísticos que aportan mayor claridad a las predicciones meteorológicas para el invierno 2024/2025, la combinación de indicadores como la evolución de la Oscilación del Atlántico Norte (NAO), el Niño, la Oscilación CUASI-BIENAL (QBO), La Cobertura Nivosa y el vórtice polar junto con estudios recientes, sigue alimentando el debate sobre cómo se configurará el próximo invierno en términos de frío y eventos de nieve.

La NAO, u Oscilación del Atlántico Norte

Actualmente, observamos un índice NAO con tendencia negativa hacia finales de noviembre y principios de diciembre. La gráfica adjunta (Figura 1) muestra claramente esta evolución, con los modelos GEFS proyectando una persistencia de esta tendencia negativa en las próximas semanas incluso meses. Este comportamiento indica la posibilidad de un bloqueo atmosférico en latitudes altas, favoreciendo el descenso de aire frío hacia Europa…

Figura 1: Evolución y pronóstico del índice NAO (Oscilación del Atlántico Norte) Fuente: PvForecast

Para comprender mejor este concepto, centrémonos en la Figura 2, durante la fase de NAO Negativa, tanto la alta presión subtropical como la baja presión de Islandia se encuentran debilitadas, lo que genera un gradiente de presión menor en el Atlántico Norte. Este cambio afecta directamente a las borrascas invernales, que suelen perder fuerza o desplazarse más hacia el sur de lo habitual, influyendo de manera notable en la meteorología de España.

Cuando esto ocurre, las borrascas tienden a llegar a la península ibérica por el Atlántico o mediante advecciones de aire frío e inestable provenientes de Europa. Esto puede traducirse en un invierno caracterizado por episodios de lluvias intensas, frío notable, nevadas o incluso una combinación de todos estos fenómenos, creando una dinámica invernal mucho más activa y variable.

Figura 2: Patrón NAO Negativa por Maggie Nelson

La Niña

De acuerdo con los últimos informes oficiales de la NOAA el 14 de noviembre de 2024, existe una probabilidad del 57% de que el fenómeno de La Niña se desarrolle entre octubre y diciembre de 2024, con una expectativa de que persista durante el periodo de enero a marzo de 2025.

La mayoría de los modelos dinámicos apuntan a una transición inminente hacia La Niña, la cual podría extenderse hasta enero-marzo de 2025. Por otro lado, los modelos estadísticos promedio sugieren que el régimen ENSO-neutral podría mantenerse durante el invierno 2024-2025. No se esperá una gran intensidad y duración de La Niña

Figura 3: Estimaciones proporcionadas por la NOAA sobre la probabilidad de que ocurra El Niño(Naranja) , La Niña(Azul) o condiciones neutrales de ENSO (Gris)

Como comentamos en la entrada sobre El Fenomeno de El Niño y La Niña, se pueden distinguir dos tipos de Niña: la Niña vCP y vEP que difieren en las areas de tendencia de temperaturas y precipitaciones.

A fecha de hoy, 25 de noviembre, en La Rioja Meteo consideramos que estamos ante un proceso de instauración de La Niña que podrían llevarnos a un invierno más frío. Tal como mencionamos en nuestro análisis sobre las señales de un invierno más riguroso, estamos observando indicios de que la La Niña en el Pacífico Oriental está en desarrollo. Históricamente, cuando este fenómeno se combina con una NAO negativa, los inviernos en Europa tienden a ser significativamente más fríos y con un mayor volumen de nieve.

Figura 4: Anomalia de temperatura superficial a partir de los datos del OISST (Optimum Interpolation Sea Surface Temperature) período de referencia 1971 a 2000

Cobertura de nieve por encima de lo normal en Europa

Europa se posiciona como la región con mayores anomalías positivas en la cobertura de nieve del hemisferio norte, según los datos proporcionados por el Rutgers Global Snow Lab correspondientes al 24 de noviembre de 2024.

El mapa, que muestra las desviaciones de la cobertura de nieve respecto a la media histórica, revela extensas áreas con anomalías positivas (marcadas en azul) en Europa, mientras que otras regiones tradicionalmente protagonistas del frío y la nieve, como Asia Oriental y Estados Unidos, presentan un comportamiento más acorde a la normalidad o incluso anomalías negativas en algunos puntos (marcadas en rojo).

En los últimos años, los inviernos han estado caracterizados por un predominio de nieve y frío en otras zonas pobladas del hemisferio norte, especialmente en Asia Oriental y América del Norte. Sin embargo, esta semana parece marcar un cambio temporal en esa tendencia, con Europa recibiendo nevadas inusuales que superan los valores promedio esperados para estas fechas.

Figura 5: Europa lidera esta semana las anomalías positivas de nieve, según datos del Rutgers Global Snow Lab, con posibles implicaciones en el aumento del frío invernal.
Figura 6: Cobertura nivosa a 26 de Noviembre de 2024

En paralelo, la extensión del hielo marino en el hemisferio norte sigue mostrando niveles bajos en comparación con la media histórica, según los datos más recientes. Para 2024, la extensión del hielo (representada por la línea negra gruesa en los gráficos del NSIDC) se encuentra entre las más bajas registradas, siguiendo una tendencia descendente observada en las últimas décadas. Este comportamiento podría estar vinculado al calentamiento global, que afecta tanto a los patrones de nieve como a la cobertura de hielo marino.

Una mayor cobertura de nieve puede intensificar las condiciones de frío al reflejar más radiación solar (efecto albedo) y favorecer el enfriamiento nocturno. Además, modifica las masas de aire, haciéndolas más frías y secas, y puede alterar patrones atmosféricos que prolongan el frío. Este fenómeno es especialmente relevante durante el invierno

Extensión del hielo marino en el hemisferio norte según NSIDC
Figura 7: Extensión del hielo marino en el hemisferio norte

Oscilación CUASI-BIENAL (QBO) y el Vortice Polar

Como ya mencionábamos en el articulo anterior, este invierno se presenta lleno de incertidumbres, y aunque la QBO (Oscilación Cuasi-Bienal) está entrando en su fase occidental (vientos de oeste a este), lo que en principio podría indicar un invierno más suave, la interacción con otros factores como la NAO negativa y La Niña podría cambiar por completo el panorama.

Figura 8: Promedio zonal del viento (componente U) a 10 hPa en los 60°N, generado por ECMWF. Representa la evolución temporal de este parámetro entre septiembre de 2024 y febrero de 2025, comparado con un período climático de referencia (1993-2016).

¿Qué es la QBO y cómo nos afecta este año?

La QBO es un fenómeno que ocurre en la estratosfera, entre los 15 y 50 km de altitud, y describe cómo los vientos cambian de dirección cada 17 meses aproximadamente. Estos vientos pueden soplar de oeste a este (fase occidental) o de este a oeste (fase oriental).

Cuando estamos en la fase occidental (vientos de oeste a este), los vientos en la estratosfera tienden a fortalecer el vórtice polar. Este fenómeno significa que el aire frío queda atrapado en el Ártico, lo que generalmente reduce las probabilidades de olas de frío severas en Europa durante el invierno.

Por el contrario, en la fase oriental, el vórtice polar se debilita, permitiendo que el aire frío se desplace hacia el sur, lo que aumenta la posibilidad de episodios de frío intenso en Europa y América del Norte.

Este año, la QBO está en fase occidental, lo que inicialmente parece indicar que el invierno será más suave, ya que un vórtice polar fuerte debería mantener el aire frío en el Ártico. Sin embargo, como bien sabemos, la meteorología es una ciencia de probabilidades y no de certezas absolutas.

Aunque los primeros indicios indican que el vortice polar permanecerá bastante fuerte y compacto entre principios y mediados de diciembre, podría tender a debilitarse hacia finales de Diciembre.

En la Figura 9 se puede observar el vortice polar con una estructura asímetrica y con el núcleo frío ligeramente desplazado hacia Europa y Asia para principios de Diciembre, en cambio en la Figura 10 apreciamos una simetría y fortalecimineto de su seno para mediados de Diciembre. Además los sistemas de alta presión (H) alrededor del vórtice son más prominentes en la Figura 9, lo que podría implicar una mayor influencia de bloqueos atmosféricos. Por lo que podemos concluir que el vortice polar tenderá fortalecerse las primeras semanas de Diciembre.

En la Figura 11 se puede apreciar cómo el vórtice polar mantiene una estructura aún relativamente simétrica, pero comienza a mostrar los primeros signos de debilitamiento. Este escenario, combinado con una evidente ondulación en el flujo sobre Europa y España, coincide con los últimos pronósticos de los modelos GEM y GFS, que apuntan a la posibilidad de una entrada de aire frío entre los días 9 y 11 de diciembre.

Esta configuración atmosférica podría derivar en condiciones propias de una ola de frío, pero aún resulta crucial monitorear la evolución de los modelos en los próximos días para determinar tanto su intensidad como su alcance real. La incertidumbre meteorológica a estas alturas es alta, pero las piezas comienzan a alinearse para un potencial evento significativo.

Figura 9: Análisis de la temperatura y geopotencial en la estratosfera a la altura de 10 hPa (aproximadamente 30 km de altitud) para el 2 de Diciembre. Donde se aprecia una estructura asimétrica
Figura 10: Análisis de la temperatura y geopotencial en la estratosfera a la altura de 10 hPa (aproximadamente 30 km de altitud) para el 12 de Diciembre. Donde se aprecia una estructura mas compacta y simétrica del vortice polar.
Figura 11: Análisis de la temperatura y geopotencial en la estratosfera a la altura de 50 hPa para el 15 de Diciembre.

Análisis de Clúster y el Análisis Factorial Exploratorio (EFA)

El análisis estadístico de análogos para diciembre proporciona un panorama interesante sobre las regiones de riesgo de nevadas en el norte de África, el sur de Europa y el oeste del continente. Este enfoque, basado en el análisis de datos históricos y métodos estadísticos avanzados como el Análisis de Clúster y el Análisis Factorial Exploratorio (EFA), identifica áreas con diferentes propensiones a nevadas, aunque debe interpretarse con precaución debido a limitaciones en los datos.

Figura 12: Cisión estadística de la equivalencia de agua derretida asociada a las nevadas en diciembre, utilizando una base de 24 años de datos climáticos históricos. Fuente : Statisticizer en X

Además como hemos comentado anteriormente, los últimos modelos numéricos de predicción meteorológica, como el GFS y el Canadian GEM, sugieren un escenario invernal en España y en Europa a mediados de diciembre. Estas proyecciones coinciden con los resultados de modelos estadísticos, lo que refuerza la confianza en esta predicción.

Como se puede ver en la Figura 13, las zonas montañosas del norte peninsular, como los Pirineos y la Cordillera Cantábrica, podrían experimentar nevadas significativas. Las cotas de nieve también podrían bajar considerablemente, afectando a zonas habitualmente más bajas.

Figura 13 Fuente: Statisticizer

Conclusiones Finales

Aunque los modelos numéricos y las señales predominantes apuntan a un invierno más cálido y con menos nieve en muchas regiones, existen factores que podrían alterar este panorama. Entre ellos, destaca la posibilidad de un calentamiento súbito estratosférico (SSW), que debilitaría el vórtice polar y permitiría el desplazamiento de aire frío hacia Europa. Además, aunque la QBO en fase occidental refuerza normalmente el vórtice polar, esta influencia no siempre es lineal y podría interactuar con fenómenos como La Niña o una NAO negativa persistente.

Por otro lado, la cobertura de nieve en Europa al cierre de noviembre ha mostrado anomalías positivas, especialmente en las montañas del norte, lo que podría enfriar más el ambiente gracias al efecto albedo. Además, algunos modelos estadísticos sugieren un diciembre con nevadas más intensas de lo habitual en España, siguiendo la línea del modelo GFS, que anticipa una intensa situación invernal para mediados de diciembre.

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