Cuando hablamos del clima global y teleconexiones climáticas, no podemos ignorar dos de los fenómenos más influyentes: El Niño y La Niña. Ambos son extremos opuestos de un ciclo climático conocido como «El Niño-Oscilación del Sur» (ENSO), que ocurre en el Océano Pacífico ecuatorial y que tiene repercusiones climáticas en todo el planeta, incluida Europa y España. Pero, ¿qué son exactamente estos fenómenos y cómo pueden influir en nuestro día a día? Vamos a descubrirlo.
¿QUÉ ES EL NIÑO?
El Niño se produce cuando las aguas superficiales del Pacífico tropical, particularmente frente a las costas de Sudamérica, se calientan más de lo normal. Este aumento en la temperatura del océano cambia los patrones de viento y de precipitación. En condiciones normales, los vientos alisios soplan de este a oeste, acumulando aguas cálidas en el Pacífico occidental, cerca de Asia. Sin embargo, durante un episodio de El Niño, los vientos alisios se debilitan o invierten su dirección, lo que permite que el agua cálida se desplace hacia el Pacífico oriental, cerca de las costas de América del Sur.
Este fenómeno desencadena una cadena de efectos climáticos. Mientras en algunas zonas, como Sudamérica, se experimentan fuertes lluvias e inundaciones, en otras, como el sudeste asiático y Australia, predominan las sequías extremas. Los patrones climáticos globales se ven afectados, y los eventos extremos como las tormentas y las sequías se vuelven más frecuentes en diversas regiones del mundo.
El Niño no es un fenómeno uniforme, sino que presenta dos variantes: El Niño del Pacífico Este (EP) y el del Pacífico Central (CP). La diferencia clave es la ubicación del calentamiento oceánico. El Niño EP ocurre en las costas de América del Sur y suele ser más intenso, con mayores alteraciones en la circulación atmosférica global. El Niño CP, por otro lado, tiene su epicentro en el Pacífico central y tiende a tener efectos más moderados, pero puede intensificarse en combinación con otros fenómenos como los Calentamientos Súbitos Estratosféricos (CSEs). En un artículo futuro exploraremos más a fondo estas diferencias y sus implicaciones.
¿QUÉ ES LA NIÑA?
La Niña es el fenómeno opuesto a El Niño. En este caso, las aguas del Pacífico ecuatorial se enfrían más de lo normal, y los vientos alisios se intensifican, empujando las aguas cálidas hacia Asia, permitiendo que el agua más fría suba a la superficie en el Pacífico oriental. Este enfriamiento tiene un impacto igualmente significativo en los patrones climáticos globales.
Durante La Niña, las precipitaciones y los patrones de tormentas tienden a comportarse de manera opuesta a los de El Niño. América del Sur suele experimentar sequías, mientras que Australia y el sudeste asiático suelen ver un aumento en las precipitaciones. Además, La Niña puede intensificar la temporada de huracanes en el Atlántico, debido a que disminuye la cizalladura del viento, lo que favorece el desarrollo de ciclones más fuertes y duraderos.
Efectos históricos en la presión y en la temperatura de La Niña a nivel global
EFECTOS E INFLUENCIA DEL NIÑO EN EUROPA Y ESPAÑA
Aunque estos fenómenos tienen su epicentro en el Pacífico, sus efectos se sienten a nivel global, incluidas zonas tan alejadas como Europa y España, es lo que se denominan teleconexiones climáticas. La influencia de ENSO en Europa, aunque menos directa que en otras regiones, sigue siendo considerable.
EL NIÑO vEP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN PATRONES ATMOSFÉRICOS
Durante los episodios de El Niño, los inviernos en Europa occidental, incluida España, tienden a ser más suaves y borrascosos de lo habitual y los veranos más inestables con frecuentes situaciones de tormentas torrenciales. Esto se debe a que el fenómeno de El Niño provoca un patrón de alta presión sobre el Atlántico Norte, que desvía las borrascas hacia el sur de Europa, que tienen vía libre gracias a un anticiclón de Azores muy debilitado, casi inexistente.
Como resultado, España puede experimentar periodos más húmedos de lo normal, con una mayor frecuencia de borrascas o DANAs afectándonos, de manera especialmente intensa entre agosto y noviembre según las estadísticas. Debido a la ausencia del anticiclón de Azores, no suelen darse bloqueos anticiclónicos atlánticos.
Caso de coincidir con el invierno, El Niño vEP se asocia comúnmente con un debilitamiento del vórtice polar durante el invierno boreal. Este debilitamiento ocurre porque las anomalías cálidas en el este del Pacífico, fortalecen la actividad de ondas planetarias, las cuales tienden a desestabilizar el vórtice polar. La mayor actividad de ondas planetarias generada por El Niño vEP aumenta las probabilidades de que ocurran CSEs. Las ondas impulsadas hacia la estratósfera pueden perturbar y calentar el vórtice polar, lo que lleva a episodios de calentamiento súbito.
Respecto a la temporada de huracanes, tiende a minimizarla con una menor frecuencia de huracanes en el atlántico. El Niño en sus dos versiones, incrementa la cizalladura del viento en el Atlántico tropical, lo que inhibe la formación y desarrollo de tormentas tropicales. Además, la corriente en chorro subtropical se intensifica, lo que también crea condiciones desfavorables para la formación de huracanes.
EL NIÑO vEP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN PRECIPITACIONES
Aunque no siempre ocurre de la misma manera, ya que depende de la potencia del fenómeno, las estadísticas apuntan a que en general es la mitad sur del país (en sus dos vertientes) la que más lluvia recibe durante El Niño, sobre todo áreas expuestas a los ábregos (Extremadura, Oeste de Andalucía y en dependencia de los años, el Oeste de Castilla y León y la vertiente atlántica de Galicia).
Aunque también se puede dar un patrón de superávit de lluvias en el resto del país, en el norte no suelen ser tan marcadas como en el sur, debido a la alta prevalencia de vientos ábregos. Es más, en Niños muy marcados pueden darse condiciones de sequía o al menos déficit pluviométrico especialmente en la las regiones cantábricas y valle del Ebro, donde el efecto foehn suele marcar un carácter poco efectivo de los frentes que llegan por el atlántico.
EL NIÑO vEP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN TEMPERATURAS
Respecto a las temperaturas, las anomalías térmicas positivas tienden a situarse con mayor frecuencia en el norte y Este. Esta tendencia de temperaturas más altas de lo habitual en España, se produce con mayor exacerbación entre Octubre y Noviembre. Esto concuerda con una situación clara de circulación zonal baja o dicho de otro modo, con una mayor prevalencia de una NAO- (como ya veremos en próximos artículos), en la que las borrascas circulan por un Jet Stream (carretera de borrascas) más bajo de lo habitual. Como consecuencia de la alta prevalencia de altas presiones en latitudes altas, el frío tiende a llegar con facilidad a Escandinavia y los puntos más septentrionales de Europa, aunque debido a la alta actividad de borrascas en el atlántico meridional, queda circunscrito a esas regiones.
Todos los efectos mencionados se han visto estadísticamente con el patrón de El Niño EP (Este del Pácifico). Respecto a la influencia de El Niño en su versión CP (centro del Pacífico), las señales y anomalías no están tan claras y parecen interrelacionarse con los CSEs (calentamientos súbitos estratosféricos) y un impacto supeditado también al estado del vórtice polar.
EFECTOS E INFLUENCIA DE LA NIÑA EN EUROPA Y ESPAÑA
De la misma manera que ya ocurriera con el niño, su patrón opuesto también tiene influencias estadísticamente significativos en la climatología observada en nuestro país y continente. En este caso, sí se observan patrones diferentes y anomalías marcadamente opuestas entre la versión del pacífico este (EP) y la versión del pacífico central (CP). Pasamos a analizarlas a continuación.
LA NIÑA vEP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN PATRONES ATMOSFÉRICOS
Durante los episodios de La Niña vEP, los inviernos en Europa y España tienden a ser más fríos de lo habitual, aunque en el caso de España y el mediterráneo europeo además, suelen ser intermitentemente más húmedos. Esto se debe a que La Niña vEP favorece un robusto anticiclón en el atlántico norte que hace que la corriente en chorro polar tienda a circular en latitudes más meridionales, que sin embargo, se muestra más debilitado que de costumbre por frecuentes bloqueos anticiclónicos sustentados por diferentes crestas del anticiclón de Azores. Es por ello, que de manera intermitente recibimos la visita de pequeñas borrascas desde el atlántico que tienden a pasar al mediterráneo. Es como una NAO negativa pero «descafeinada».
Como resultado, la España peninsular experimenta, en general, inviernos más fríos gracias a las frecuentes situaciones en las que por retrogradación nos llegan las masas gélidas euroasiáticas, situación que se ve exacerbada por la llegada de esas pequeñas borrascas que, una vez en el mediterráneo, sirven de atractoras del frío continental. Además, dadas las incursiones del anticiclón de Azores a latitudes septentrionales, y la formación de bloqueos atlánticos o escandinavos, son también frecuentes situaciones de norte en las que nos llegan masas de aire polares o árticas. Es la combinación perfecta para ver en España grandes nevadas.
Caso de coincidir con el invierno, el vórtice polar se suele mostrar robusto y concentrado, sin embargo muestra un menor aceleramiento (vientos del Oeste), lo que repercute, como decíamos antes, en un chorro polar más debilitado. El impacto de La Niña vEP en los CSEs (calentamientos súbitos estratosféricos) son menos frecuentes ya que inhiben la propagación de las ondas planetarias, que son las responsables de desencadenar los CSEs. Pese a que el vórtice polar esté compactado, en este caso no necesitamos especialmente de fenómenos disruptivos para tener olas de frío en España y Europa.
Respecto a la temporada de huracanes, tiende a aumentar significativamente la frecuencia y a extremar la potencia de los huracanes en el atlántico. La baja cizalladura del viento sobre el atlántico tropical y el debilitamiento de la corriente en chorro subtropical crea condiciones muy favorables para la formación de huracanes mayores (Cat 4 y 5).
LA NIÑA vEP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN PRECIPITACIONES
Normalmente, como decíamos en el epígrafe anterior, en general en la peninsula ibérica recibimos más cantidad de lluvia de lo normal durante los episodios de La Niña vEP, aunque con una mayor probabilidad en el norte y este del pais. Especialmente en áreas expuestas a los frecuentes flujos de norte y levantadas que se producen con el paso de las borrascas al mediterráneo o las llegadas de bolsas frías retrógradas desde el interior del continente.
Lo que destaca también es la cantidad de nieve en la cordilleras de la mitad norte (cantábrica, ibérica y pirineos), con acumulados que suelen ser significativos. De hecho, cuando tenemos La Niña vEp es cuando se alcanzan los mayores espesores en nuestras montañas. No olvidemos que esto se produce a pulsaciones, y que suelen tener alta probabilidad los choques de masas.
LA NIÑA vEP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN TEMPERATURAS
Respecto a las temperaturas, las anomalías térmicas negativas son más marcadas en el interior del continente europeo pero también afectan tangencialmente al norte de España. Esta desviación térmica se da con mayor frecuencia en el otoño e invierno, cuando Europa y el polo van acumulado frío, ya que los frecuentes bloqueos anticiclónicos, ya sea vía atlántica (via Groenlandia), escandinava o continental (siberianas) son muy frecuentes, y las masas de aire frío terminan por afectar a la Península Ibérica de una manera evidente.
Pese a estar en un contexto de NAO negativa, es una situación débil e intermedia que facilita el goteo de pequeñas borrascas atlánticas sin mermar la capacidad de almacenamiento de frío del viejo continente, lo que diferencia en mayor medida a los efectos de El Niño vEP y La Niña vEP.
LA NIÑA vCP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN PATRONES ATMOSFÉRICOS
Durante los episodios de La Niña vCP, los inviernos son más húmedos en el norte de Europa y más secos en el sur de Europa, España y cuenca mediterránea. Esto se debe a que La Niña vCP refuerza la corriente en chorro polar que a penas sufre deformaciones gracias a poderosas altas presiones inmóviles en el sur de Europa en forma de cinturón. Es decir, se configura un claro patrón de NAO positiva, que provoca una situación muy persistente. Esto facilita que Europa esté bajo la influencia de masas de aire más templadas de origen atlántico, por lo que las temperaturas se muestras muy suaves en todo el continente, incluida España.
Como resultado, la ocurrencia de La Niña vCP se asocia en España con periodos de sequía prolongada y temperaturas por encima de lo normal. Con un inamovible anticiclón de Azores reforzado por dorsales subtropicales en las inmediaciones de la Península, hablamos de «meteoaburrimiento» en la península Ibérica, con «sol y moscas».
La única posibilidad que le queda al sur de Europa y España para ver movimientos durante su invierno, es la formación de CSEs, que suelen ser más probables e impredecibles bajo La Niña vCP, gracias a un vórtice polar ligeramente debilitado por la acción de una mayor frecuencia de ondas planetarias.
Respecto a la temporada de huracanes, La Niña vCP tiende a aumentar su frecuencia en el atlántico, aunque el impacto parece ser algo más moderado, con menor frecuencia de formación de huracanes mayores (Cat 4 y 5). Esto se debe a que la cizalladura en el atlántico tropical es algo más alta que en La Niña vCP.
LA NIÑA vCP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN PRECIPITACIONES
Con un patrón casi inamovible de NAO positiva, España se ve abocada a un periodo de sequía cuando La Niña vCP se establece. El cinturón anticiclónico no deja transitar a ninguna borrasca, ya que éstas se encuentran concentradas en el norte de Europa, donde no para de llover, marcando otoños e inviernos con pluviometrías de récord.
Tan sólo la formación de CSEs nos saca del meteoaburrimiento cuasipermantente que se da en la Penínusla Ibérica, pero son totalmente impredecibles.
Los mayores déficits pluviométricos se dan en la mitad sur del país con dorsales anticiclónicos robustas. En el norte tampoco llueve, pero algunas colas de frentes consiguen rozar tangencialmente las comunidades cantábricas.
LA NIÑA vCP EN EUROPA Y ESPAÑA: ANOMALÍAS EN TEMPERATURAS
Respecto a las temperaturas, las anomalías térmicas positivas se prodigan por todo el continente de manera significativa. En España se registran temperaturas cálidas para la época, especialmente en el norte, gracias a un flujo casi permanente de Oeste/SurOEste anticiclónico.
En invierno, la persistencia de los anticiclones puede generar situaciones de inversión térmica, con nieblas en los grandes valles que pueden persistir durante semanas.
Cuando se produce el fenómeno de La Niña vCP, hay muy poco que contar en los inviernos ibéricos, salvo sol o niebla y moscas. Además de fuertes inversiones térmicas.
FAQ: El Niño y La Niña
El Niño y La Niña suelen durar entre 9 meses y 2 años, aunque cada episodio puede variar. La transición entre un fenómeno y otro no es inmediata; a veces, se pasa por una fase neutral conocida como «Niño Neutro», donde no se registran anomalías significativas en la temperatura del océano.
El Niño y La Niña alteran los patrones de lluvia y sequía en todo el mundo, lo que afecta directamente a la agricultura. Durante El Niño, las lluvias intensas pueden dañar cultivos en algunas regiones, mientras que en otras se producen sequías. La Niña, en cambio, puede generar condiciones más favorables para la agricultura en algunas áreas, pero también puede causar sequías prolongadas en otras.
El episodio de El Niño más fuerte registrado hasta ahora fue el de 1997-1998, que causó desastres naturales en varias partes del mundo, incluyendo lluvias torrenciales, inundaciones y sequías extremas. Por su parte, la La Niña más intensa se registró entre 2010 y 2012, trayendo consigo fuertes lluvias e inundaciones en Asia y Australia, y sequías severas en América del Sur.
Sí, se cree que el cambio climático está influyendo en la intensidad y frecuencia de estos fenómenos. Con el calentamiento global, algunos estudios sugieren que El Niño podría volverse más intenso, lo que provocaría eventos climáticos más extremos. Por el contrario, La Niña podría generar temperaturas menos frías de lo habitual, afectando menos a las zonas normalmente impactadas por este fenómeno.
Organizaciones como la NOAA y la AEMET emiten actualizaciones regulares sobre el estado del fenómeno ENSO. También puedes seguir las predicciones a través de modelos meteorológicos que monitorean la temperatura del océano y las condiciones atmosféricas.
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